Mauricio LLaver

21 de julio 2014

Las películas de grandes hazañas me gustan, seguramente porque yo soy incapaz de acometerlas. Anoche vi el estreno de “Kon-Tiki” en DirectTV (canal 540, MAX) y me encantó, pero probablemente porque yo había visto la balsa original en que cometieron la locura.

Se trata de la historia del noruego Thor Heyerdahl, a quien se le metió en  la cabeza que los primeros que habían llegado a la Polinesia venían desde el Este (hace 1.500 años, en territorio que hoy es el Perú) en lugar de llegar desde Asia, como todos creían hasta entonces. Y reclutó a otro grupo de aventureros, no menos dementes que él mismo, y se lanzaron a probar que las corrientes desde el puerto de El Callao los podían depositar en la Polinesia, tal cual ocurrió.

Aquello fue en 1947 y pasaron 101 días en el mar, atacados por tiburones y peleados entre sí, como suele ocurrir en esas aventuras. Pero llegaron, y Heyerdahl pasó a ser una leyenda por haber hecho algo hermoso: demostrar que todo el resto del mundo había estado equivocado hasta entonces.

Yo estuve en 2013 en el museo del Kon-Tiki, en Oslo, y la verdad que es para impresionarse cuando se ve la nave que usaron esos tipos (es la que aparece en la foto que ilustra este post). Porque es una balsa, construida con los materiales de hace 1.500 años (no quisieron usar alambre para atar los troncos, por ejemplo). Para mí, haber visto la película tiene mucho de memoria sentimental, así que entre eso y mi falta de conocimientos cinematográficos no puedo decir si es buena o mala. Pero estuvo nominada al Oscar, lo cual es probable que signifique algo. Como ya la estrenaron ayer, seguramente en las próximas semanas andará dando vueltas en distintos horarios en el canal MAX. Espero que les guste como a mí.